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Sendoa Ballesteros Peña

¿Podemos estimar con seguridad el peso de un niño durante una emergencia pediátrica?

Profesor asociado a la Facultad de Medicina y Enfermería

  • Cathedra

Fecha de primera publicación: 08/09/2021

Este artículo se encuentra publicado originalmente en The Conversation.

El peso es un parámetro cuyo valor es necesario conocer en la atención de urgencias pediátricas. Conocerlo resulta imprescindible para calcular las dosis de los medicamentos o el volumen de líquidos intravenosos a administrar.

Cuando no es posible medirlo (por ejemplo, en un contexto extrahospitalario, donde no se dispone de una báscula), debe ser estimado con la mayor exactitud posible. Un cálculo insuficiente de la dosis podría no generar el efecto terapéutico deseado. Por el contrario, una dosis excesiva incurriría en un incremento de efectos indeseados.

La forma más segura de conocer el peso de un niño es preguntando a los padres. Ante la ausencia o indisponibilidad de los progenitores, los profesionales sanitarios pueden verse tentados a aproximar subjetivamente el peso del niño. Pero sabemos que eso supone asumir un error elevado, por lo que debe evitarse. Resulta preferible recurrir a algún método elaborado para aproximar el peso a partir de datos indirectos más fácilmente accesibles, como la edad, la estatura u otras variables antropométricas.

Sin embargo, el rendimiento de las herramientas de estimación existentes presenta una importante variabilidad geográfica, ya que las poblaciones del mundo son diferentes en sus rasgos morfológicos. Por ese motivo, las estrategias de estimación de peso deben ser evaluadas en cada contexto sociodemográfico antes de ser popularizadas. Por ejemplo, en España, las fórmulas más habitualmente recomendadas en la literatura médica (que estiman el peso a partir de la edad o la estatura) han sido diseñadas en el extranjero y no ofrecen un resultado satisfactorio en nuestra población. Por eso, se ha sugerido su abandono.

Las Fórmulas Bilbao 2018: una potencial solución al problema

Conscientes de esa problemática, un grupo de personal de enfermería de los hospitales de Basurto y Cruces (Osakidetza), en colaboración con la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (un consorcio de colaboración bautizado como ‘proyecto de investigación WEST’), hemos dado con una potencial solución.

Utilizando datos antropométricos de más de 15.000 niños y niñas de Bilbao, hemos diseñado unas fórmulas sencillas con capacidad de estimar el peso de un paciente pediátrico a partir de su estatura y de su complexión física. Posteriormente, esas fórmulas han sido validadas clínicamente en pacientes atendidos en urgencias de los dos hospitales.

El empleo de esas fórmulas (bautizadas como ‘Fórmulas Bilbao 2018’) genera un error inferior al 15 % del peso estimado con respecto al real en el 80 % de las mediciones. Un resultado muy satisfactorio. En nuestro contexto, esos datos evidencian un rendimiento superior a cualquier otra fórmula clásica recomendada en los manuales médicos.

Sin embargo, y a pesar de la sencillez de sus fórmulas, puede ofrecer problemas a la hora de recordarlas o realizar el cálculo mental sobre el terreno.

La App Urgencias Pediátricas GIDEP/WEST

En aras de facilitar el acceso a la herramienta, decidimos trasladar las Fórmulas Bilbao 2018 a una interfaz digital en forma de App.

En caso de no conocer el peso exacto del paciente, a través de la App ‘Urgencias Pediátricas GIDEP/WEST Larrialdi Pediatrikoak’ se puede estimar introduciendo la estatura y complexión (visualmente delgado, normal o grande). Un algoritmo basado en las Fórmulas Bilbao 2018 calcula el peso más probable y, a partir de ahí, se puede acceder al resto de contenidos.

La App se complementa con una biblioteca de guías, protocolos y calculadoras de dosis de fármacos elaboradas por el Grupo Interdisciplinar de Emergencias Pediátricas (GIDEP) de Osakidetza. De la combinación de los contenidos desarrollados por ambos grupos de trabajo (WEST y GIDEP) ha surgido una herramienta de ayuda a la toma de decisiones clínicas ante emergencias pediátricas. Resultará de especial utilidad para profesionales sanitarios no especialistas en pediatría.