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INVESTIGADORA RAMÓN Y CAJAL DE LA UPV/EHU

Verónica Torrano: «Trabajamos para identificar los parámetros de los pacientes del cáncer de próstata más letal»

  • Entrevista

Fecha de primera publicación: 03/06/2021

Verónica Torrano
Verónica Torrano. Fotografías: Jorge Navarro. Komunikazio Bulegoa, UPV/EHU.

La doctora en Bioquímica y Biología Molecular Verónica Torrano Moya es líder de grupo en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV/EHU, y acaba de recibir una beca Fero, por su proyecto de investigación para la terapia personalizada del cáncer de próstata. Cuenta con más de 17 años de experiencia en investigación especializada de la biología del cáncer, y varios reconocimientos a su labor investigadora, como el premio L’Oréal-Unesco for Women in Science.

Enhorabuena por la beca Fero. Está dotada de 80.000 €, y premia la labor de jóvenes talentos en la investigación de tumores.

Me siento muy contenta, muy feliz y muy afortunada de que la Fundación FERO haya confiado en nosotros para desarrollar un proyecto de investigación que supone abrir una línea de investigación nueva en el laboratorio que acabamos de establecer aquí en la Universidad País Vasco.

Además de esta beca, en 2019 recibió el premio L’Oréal-Unesco for Women in Science, es investigadora Ramón y Cajal y líder de grupo en la UPV/EHU.

Bueno, sí, la verdad es que estoy muy contenta. Ha sido el resultado del trabajo de muchos años de investigación. Yo soy de Barcelona, estudié bioquímica allí y luego hice la tesis doctoral en la Universidad de Cantabria. Posteriormente realicé una estancia postdoctoral en Londres durante tres años, tras los cuales me incorporé como investigadora postdoctoral senior en el CIC bioGUNE, aquí en Derio. Después de estar siete años en esta institución, conseguí un contrato Ramón y Cajal, que es un contrato bastante competitivo a nivel nacional y esto es lo que me permitió establecer mi laboratorio en la Universidad. Una vez establecida en la universidad, solicité varios proyectos y tuve también la fortuna de que en 2019, justo antes de la pandemia, me dieran el premio L’Oréal-Unesco For Women in Science. Y ahora el premio Fero. Estoy muy contenta.

¿Podría decirse que se están dando pasos para la promoción de las carreras científicas de las mujeres?

Si lo miramos en perspectiva de unos años hacia acá, hemos avanzado, pero si nos fijamos en los números, que al final es en lo que nos tenemos que basar, lo hemos hecho a un ritmo muy lento. En los primeros estadios de la carrera investigadora, estudios predoctorales, el número de mujeres en estos puestos es del 50 %. Pero a medida que se va avanzando en los distintos estadios de la carrera científica, estudios predoctorales y/o dirección de grupos de investigación, entonces ahí va descendiendo el número de mujeres. Es decir que la presencia de mujeres baja en picado en los puestos de alta responsabilidad. Estos datos se reflejan muy bien en el famoso gráfico de tijera, y que no sólo ocurre en ciencia, ocurre en todos los ámbitos profesionales.

«Trabajamos para identificar y tratar al 15 % de los pacientes de cáncer de próstata que desarrollará una enfermedad grave»

Aunque avanzamos poquito, sí que los números cada vez están mejor. Pero tenemos que hacer políticas un poco más activas, visibilizar los logros de las mujeres, para que aquellas mujeres adolescentes, mujeres que están empezando con su carrera investigadora, se vean reflejadas en modelos a los que seguir, y que vean que si quieren pueden.

Se estableció en la UPV/EHU hace apenas dos años, en 2019. ¿Cómo valora este breve recorrido?

Pues la verdad es que ha sido bastante positivo, a pesar de haber vivido un año de pandemia que nos ha afectado a nivel mundial. Los primeros meses fueron de aclimatación, acostumbrarse a la Universidad en sí, que es un organismo público y de gestión muy grande. Después de un año y poco a pleno rendimiento, ahora ya el grupo ha crecido: además de los estudiantes de trabajo de fin de grado (cuatro en total desde 2019), el grupo está compuesto por dos investigadoras predoctorales, una investigadora postdoctoral con un contrato Juan de la Cierva y una técnica del laboratorio. Así que muy bien. Estoy muy contenta.

Me gustaría incidir en la importancia de que una Fundación como Fero haya apostado por un proyecto de investigación que se va a desarrollar en una universidad pública y además en un grupo joven y emergente. Porque la universidad como tal tiene un componente inherente de generación y transferencia del conocimiento, es una entidad viva, donde se forma a las futuras generaciones. Si queremos que estas generaciones vean la investigación como una buena opción de futuro profesional, necesitamos de una manera urgente que los estamentos públicos apuesten claramente por la investigación y que esta apuesta se traduzca en un incremento sustancial de la financiación en I+D+i y en políticas activas de contratación competitiva.

Su investigación se centra en el cáncer de próstata. ¿En qué punto se encuentran?

Tenemos dos líneas de investigación abiertas, y gracias a FERO abriremos una tercera. Las tres líneas de investigación tienen la misma base: identificar aquellas rutas o eventos biológicos que ocurren en los pacientes de cáncer de próstata que van a desarrollar una enfermedad agresiva. El cáncer de próstata es una enfermedad muy prevalente. Se calcula que alrededor de uno de cada ocho hombres va a desarrollar cáncer de próstata en su vida pero en general tiene buen pronóstico. Aplicando las terapias convencionales que actualmente se aplican (la cirugía y/o radioterapia) el 85 % de los pacientes no desarrollan enfermedad grave, pero el 15 % restante sí que la hará. Debido a su alta incidencia a nivel mundial, en números absolutos ese 15 % es una cifra muy elevada.

Nuestras líneas de investigación, están encaminadas primero a identificar a los pacientes que llegan a la clínica aparentemente con un tumor de bajo riesgo, pero que mediante la monitorización o la observación de varios parámetros podemos predecir que dentro de unos años van a desarrollar una enfermedad más agresiva y letal. Nos interesa identificarlos para poner el foco en ellos, e intentar tratarlos de una manera distinta a aquellos que no van a desarrollar una enfermedad grave, y que no necesitarían terapias adicionales. Ya con los estudios realizados previamente hemos conseguido identificarlos de una manera bastante buena. Y ahora queremos (y es lo que la Fundación FERO nos va a financiar) estudiar, conocer rutas biológicas en las que poder poner el foco para el diseño de estrategias terapéuticas.

¿Qué relación tiene el regulador de la transcripción de oncogenes PGC1α con el cáncer de próstata?

PGC1α es un gen metabólico, un regulador transcripcional, es decir, controla la expresión de genes, gran parte de ellos relacionados con el metabolismo celular. En nuestros estudios previos vimos que los pacientes de cáncer de próstata que tienen la enfermedad más agresiva tienen la expresión de este regulador (PGC1α) muy baja, y que esta bajada estaba asociada a peor pronóstico, a un desarrollo de metástasis... Ahora sabemos que la monitorización a nivel clínico de este gen podría ser usada por profesionales de la urología y la oncología para detectar si un paciente va a tener el PGC1α bajo.

Los factores de transcripción, en general, son difícilmente dianas terapéuticas. Entonces, hemos diseñado una estrategia paralela: estudiar otras vías biológicas que podamos inhibir o bloquear con fármacos que ya conocemos y que estén asociados a la bajada de PGC1α.