La mayor parte de las sociedades científicas de enfermedades infecciosas, medicina intensiva, farmacia hospitalaria y microbiología coinciden en la necesidad de monitorizar los niveles de antibióticos que se administran a los pacientes, en especial a los pacientes críticos. Aproximadamente el 70% de los pacientes críticos reciben antibióticos y la incidencia de infecciones y la mortalidad asociada a infecciones no ha mejorado de forma significativa en los últimos 30 años, por lo que el margen de mejora de la evolución clínica de los pacientes es sustancial . Los regímenes de dosificación de los antibióticos son prescritos usualmente de forma empírica en función de la etiología más probable. Estos regímenes de dosificación están diseñados para pacientes no críticos y provienen deensayos clínicos que en su mayor parte incluyen pacientes no críticos o voluntarios sanos.