SGIker con el físico Jorge Hirsch, creador del índice h
SGIker con el físico Jorge Hirsch, creador del índice h
First publication date: 03/07/2012
"El índice h tiene un poder predictivo"
De acuerdo al número de citas recibidas por un paper y al número de artículos publicados por un autor o una institución en los primeros doce años de su actividad investigadora, es posible predecir el futuro de un investigador o de una institución, según declaró el físico estadounidense, Jorge Hirsch, en una conferencia impartida en el IX Foro Internacional sobre la Calidad de la Investigación y de la Educación Superior (FECIES), celebrado del 12 al 15 de junio en Santiago de Compostela.
De una forma clara y sencilla, el físico de la Universidad de California expuso cómo había llegado a deducir el famoso índice h, allá por el año 2005, y cómo este se ha convertido hoy en uno de los indicadores bibliométricos internacionalmente reconocido y utilizado por agencias evaluadoras de la actividad científica de todo el mundo. Aún reconociendo que el índice h ha de aplicarse con cautela y teniendo en cuenta las diferentes disciplinas y sus hábitos de publicación y citación, Hirsch destacó el valor objetivo de su índice, útil no sólo para evaluar investigadores, sino también grupos de investigadores e instituciones y revistas, permitiendo vislumbrar incluso la trayectoria futura de sus curriculums a partir de la correlación entre número de papers y citas recibidas.
El propio Hirsch aclaró cómo en la elaboración del índice h no se tiene en cuenta la autocitación, ya que se ha comprobado que tiene muy poco efecto, entre el 10% y el 15%. Y respecto a aquellos autores de reducida productividad pero alto impacto, el físico estadounidense reconoció que el índice h no les trata demasiado bien, pero en todo caso, son excepciones.
También, Hirsch se manifestó contrario a las diferentes variante del índice h que propugnan dividir el número de citas entre el número de autores, ya que tales propuestas no discriminan la participación de cada autor, y los más importante, a su juicio, no potencian la colaboración entre investigadores, esencial para el progreso de la ciencia.