La imagen de una mujer rubia de tez morena y con los ojos azules me recordaba a Natalia de Arteleku e, inevitablemente, a un disfraz de Cleopatra que mis padres decretaron que era mejor hacerlo que comprarlo. El disfraz tenía una corona de latón con una cobra tallada en el frente, una túnica blanca de tejido rasete carnaval, un cinturón con una prótesis alargada que me llegaba hasta los tobillos y una especie de collar pectoral rígido hecho de cámaras de ruedas, pintadas con spray dorado e hilo de lentejuelas doradas que dibujaban la greca distintiva de Versace. Algo así como el look que llevaron las Elbis Rever cuando tocaron junto a Jorge bajo el nombre de Nefertitis y que, al predominar el blanco y el dorado, puede ser algo muy de negro, sobre todo si se conjunta. La imagen en cuestión era de Ulrike Ottinger.

Una historia de cuatro mujeres y una banda close harmony que viajan a bordo del Transiberiano. La película transcurre entre los escenarios pintados por especialistas en decoración teatral que simulan el Transiberiano y los paisajes sin caminos de Mongolia. De ella, Ottinger ha dicho que es una película sobre la narración y, también, sobre los malentendidos culturales.

Sahatsa Jauregi (Salvador de Bahía, 1984) es artista e investigadora.

Fuente y + info en: http://www.bulegoa.org/cuadrag-simo-segunda-sesi-n-cineilegal