La historia de que un matemático como Isaac Newton (1642-1727) descubriera la gravedad porque estaba sentado debajo de un manzano, nos da una idea del paisaje de la campiña inglesa en aquella época.
La sidra era entonces una bebida tan habitual en Inglaterra como en otros lugares de Europa.
En estos días del mes de marzo preparo con mis estudiantes de la asignatura obligatoria “Comunicación y Publicidad. Estrategias Persuasivas” del curso académico 2018/19, lo que se denomina en el argot universitario, una práctica de campo. Pensaremos en estrategias para modificar y/o generar hábitos de consumo en relación a un producto saludable como es la sidra natural, y vinculada a la producción de manzanas, que son parte de la cultura vasca desde hace siglos. Sin embargo, la oferta de bebidas refrescantes, con y sin alcohol, es amplísima hoy en día y los hábitos de consumo se modifican constantemente debido a la publicidad de dichas bebidas. Se trata de comprender qué es la Bioeconomía y la Economía Circular y un curso más, saldremos del aula a contrastar con la fuente -los productores de sidra de la comarca de Lea-Artibai (Bizkaia)-, cuáles son sus necesidades de comunicación y trabajar creativamente para buscar soluciones con nuestro grupo de casi cien estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación.
La experiencia de 2019, que realizaremos con sidra producida en una cooperativa de Bizkaia, tiene también otros referentes, por ejemplo, lo que se hace en Gipuzkoa, un territorio donde la cultura sidrera está más arraigada. De hecho, los eventos de comunicación en relación con la sidra, tienen conexión directa con el turismo gastronómico y cultural.
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— Petritegi (@Petritegi) 26 de febrero de 2019
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