En este sentido es de señalar el carácter personal del quehacer artístico de Damaris-densidad y Claudia-claridad : Ellas pretenden seguir los derroteros de sus propio pensamientos siendo capaces de aprehender espacios llenos de fuerzas e intensidades, evitando el caer en formas anuladoras de restructuración, manipulación y estandarización externas
Igualmente cabe destacar el carácter singular y vital de sus personalidades: cómo sus trayectorias artísticas están muy ligadas a sus respectivas sensibilidades, apetitos, instintos y a toda una serie de facultades de la razón, la memoria, el juicio, la atención, etc. No hacen, en ese sentido, gala de virtuosismos técnicos ni de juegos retóricos en el empleo de sus lenguajes artísticos porque no tienen que ver demasiado con ellas. A cambio emplean recursos con los que quieren aprehender cierta multiplicidad intensiva, hablando desde el fondo de lo que no conocen, desde ciertas sensaciones vitales que una vez asimiladas son devueltas a la misma vida: es como si una anécdota de sus vidas una vez percibida se evaluara a través de sus sensibilidades y se transforma en una nueva forma de vida.( Recuerdan a la anécdota contada por Harald Szeemann en el documental la Suiza visonaria de una artista suiza que cuando dibujaba una flor era tal su poder de concentración y transmisión que conseguía polinizar a la propia flor).
Así, los quehaceres de Damaris-claridad y Claudia-densidad tienen ese algo de mágico, empático, magnético e incluso animista, Sus obras consiguen transmitir algo afectivo y emotivo, algo intermedio entre la conciencia clara y la subconciencia, entre la relación del individuo consigo mismo y la unión del individuo con el mundo
Y ese algo es esencialmente poético.
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