Hoy viernes a las 20.00h es la inauguración en Torre de Ariz (Basauri) de la exposición de Zuhar Iruretagoiena titulada Iwas there
En el catálogo de la exposición Aimar Arriola nos dice lo siguiente.
MIRADA / ACCIÓN / INSCRIPCIÓN
>
>
> Una serie de imágenes fotográficas dispuestas en pares ocupa el espacio. Son
> representaciones aparentemente ordinarias, imágenes convencionales
> pertenecientes al ámbito de lo genérico; ese espacio de “lo común” donde la
> autoría de las imágenes pierde relevancia y sus usos son compartidos. Las
> fotografías en cuestión son producto de una misma acción repetida en varias
> localizaciones durante un reciente viaje de la artista: fotografiar un lugar,
> excluyendo del cuadro toda figura humana, y solicitar a algún transeúnte volver
> a tomar la imagen, esta vez incorporando a la artista en la composición. La
> principal cuestión aquí es la mirada, el lugar a dónde se dirige nuestra mirada,
> la pregunta de cómo nos mira el otro.
>
> Bajo su forma total, la secuencia de pares fotográficos se nos aparece como una
> sucesión de “tomas de decisión”; una cadena de elecciones con implicación en el
> proceso de conformación de las imágenes, tanto dentro como fuera del marco. El
> primer conjunto de decisiones afecta a la mirada fotográfica, y obliga a quien
> produce la imagen –primero la propia artista y después ese “otro” de su
> elección– a determinar hacia dónde dirigirla, en que lugar proyectar su deseo.
> El segundo, se sitúa en el tiempo de la recepción, es el conjunto de elecciones
> que rigen nuestra lectura de las imágenes, y la constatación de que la
> superficie fotográfica es un lugar de proyección y cruce de miradas y deseos
> encontrados –pese a no hallar signo alguno que certifique el origen diferente de
> las imágenes, excepto quizás la reiterada asimetría del par.
>
> El orden de la acción inicial –“tomar una fotografía de un lugar, solicitar
> después a alguien que me fotografíe a mí allí”– es ahora invertido en la
> composición: a la izquierda vemos a una figura que ocupa el espacio, a la
> derecha ese mismo lugar aparece vacío. El paso de nuestra mirada como
> espectadores de una imagen a otra provoca cierta ilusión de desplazamiento –una
> figura que aparece y desaparece, un cuadro cuya extensión varía, etc.–,
> percibimos un devenir, la yuxtaposición de dos imágenes genera significados –el
> lenguaje y el cine también proceden así. Cada una de las dos imágenes que
> conforma el par se asemeja entre sí, aunque múltiples oposiciones internas las
> separa; las imágenes se acercan y distancian simultáneamente, al tiempo que el
> abismo que se genera entre ellas convoca, como fantasmas, a todas las imágenes
> que “podrían haber sido”.
>
> En otro trabajo reciente de Zuhar que precede a este –“Gazte, Zoriontsu ta
> burugabea”, 2011– la artista solicitaba a un grupo de amigas (también artistas)
> a que realizaran una elección ante la cámara; cada una de ellas debía escoger
> una pintura de flores de pequeño formato entre varias pintadas por la propia
> Zuhar y colgarla en una pared del estudio de esta bajo criterio libre.
> Registrada por la cámara, esta secuencia de imágenes fotográficas operaba
> también como un suceción de elecciones, una “coreografía” colectiva de tomas de
> decisión. Decía Deleuze que “la alternativa [la opción entre dos o más cosas] no
> recae sobre los términos a elegir, sino sobre los modos de existencia de la
> persona que elige”. Aquí la primera elección de todas es la de ser artista, la
> defensa de la decisión de ser artista como una alternativa sin opción.
>
> Las ideas de acción y movimiento son importantes en el trabajo de Zuhar, ya sea
> en sus grandes construcciones escultóricas motorizadas o en gestos más
> vinculados a la poética de lo cotidiano, como esta nueva serie fotográfica, que
> surge del destilado documental de un viaje afectivo y personal. Aquí la idea de
> traslación (del cuerpo, de la mirada) es central, y la naturaleza convencional y
> aire familiar de las imágenes nos remiten al arquetípico ámbito de la fotografía
> turística. La sociología actual define al turismo de la era global como una
> suerte de “práctica performativa”, en la que el acto de “mirar” –el turismo como
> performance de la mirada– se organiza en torno a una serie de rituales y
> técnicas de inscripción culturalmente codificados, entre las que destaca la
> fotografía. Aquí, la forma ceremonial popular de la fotografía refuerza los
> vínculos del sujeto de la acción con los lugares sobre los que proyecta su
> deseo, y el acto de mirar sólo se completa con la producción de un número
> suficiente de inscripciones que lo certifiquen.
>
> Una forma diferente de inscripción acompaña en el espacio a la serie
> fotográfica, articulando vivencia, registro y testimonio. Se trata de un
> conjunto de tres piezas de oro, plata y malaquita silueteadas con la forma
> gráfica y textual de I WAS THERE (“yo estuve allí”). Toda afirmación, al margen
> de su significado, lleva a cabo ciertas acciones, en este caso provocar en el
> receptor la idea de que algo “ha sido” –pese a nuestra incapacidad de
> constatarlo. Trasladada a una realidad material más estable que la superficie
> fotográfica, aunque análoga –una plancha de plata–, el acto de inscripción aquí
> ya no se somete a una función indicial referencial –como en el caso de la
> fotografía– sino que los diversos elementos en juego –tipografía, forma
> irregular, valor del signo– vinculan el acto semiótico de la inscripción a la
> materialidad y concreción de la acción de un cuerpo –uno que mira, actúa,
> registra.
>
>
> Aimar Arriola
Deje una respuesta