En ocasiones, la divulgación científica y la defensa de la medicina, nos ponen en situaciones incómodas. Una de estas situaciones es la necesaria toma de posición ante la avalancha de información inexacta, fraudulenta o malintencionada que se acumula en la red sobre muchas pseudoterapias que ponen en riesgo a muchos enfermos que son atraídos por estos cantos de sirenas. Por eso cuando la periodista Kristin Suleng (@ksuleng) me pidió colaborar en su artículo sobre vídeos de pseudoterapias presentes en YouTube que aparece en la versión electrónica de Buena Vida en El País, no lo dudé. Es mi obligación como, médico, científico y profesor universitario. Como escribe Kristin, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un 4’38 % de la población acudió en 2015 a una consulta de alguna pseudoterapia. En su artículo lista las páginas en español más visitadas en YouTube sobre estos fraudes. Vídeos que muestran un amasijo de imprecisiones y conceptos vagos que despistan a los usuarios.
Os recomiendo encarecidamente la lectura de su artículo disponible de forma gratuita.
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