En diciembre de 2014, la Revista Mensajero, dirigida por Marta Barrio Hernáez, ha publicado el primer artículo de divulgación que hemos escrito juntos mi hijo Sergio, periodista, y yo. Le agradezco mucho a Marta esta oportunidad. El tema es candente, la enfermedad de Ébola. Poco después, el domingo 28 de diciembre, he tenido la agradable oportunidad de hablar sobre esta enfermedad con Lucas López en el programa “Carretera” de la emisora Radio ECCA (Emisora Cultural de Canarias) / Magis Radio SJ [“El Ébola y la pobreza”]. El contenido del artículo publicado en Mensajero viene a continuación. Deseamos que os guste.
Ébola: La epidemia que vino de la pobreza
EL año 2014 destaca por la propagación por varios países de África occidental de una enfermedad que está causando, aparte de una alta mortalidad, un todavía mayor temor y pánico. Cuando escribimos este breve artículo, el número de personas que han enfermado supera las doce mil y el de fallecidas se acerca a las cinco mil. Una circunstancia que tienen en común los tres países más afectados, Guinea-Conakry, Liberia y Sierra Leona, es la pobreza extrema que los sitúa entre los países más pobres de la Tierra.
Desde este foco de la enfermedad, se han producido varias situaciones de peligro sanitario en diferentes países europeos y americanos. En España, después de la repatriación humanitaria de dos misioneros que padecían en fase terminal la enfermedad, se contagió una auxiliar de enfermería del equipo médico que les cuidó y que felizmente se ha recuperado de la enfermedad. Durante cerca de tres semanas, quince personas que habían estado en contacto con estos tres enfermos han estado ingresados y otros muchos vigilados sanitariamente para descartar que sufrieran la enfermedad y evitar su transmisión a otras personas.
Además, en estos días de preocupación, la mayoría de nosotros nos hemos preguntado qué es el Ébola, cuál es su causa, cómo se contagia y cómo puede prevenirse el contagio, qué síntomas acompañan a la enfermedad y si hay algún tratamiento que permita su curación. En este artículo intentaremos resolver estas dudas de una forma concisa y sencilla a partir de la información científica existente.
Causas de la enfermedad
La enfermedad de Ébola es una enfermedad grave, con mucha frecuencia mortal, causada por un virus que habitualmente infecta a varias especies animales en África subsahariana. Es una enfermedad de origen animal (zoonosis) que se puede transmitir también entre personas. En las epidemias descritas hasta el momento, lo habitual ha sido que una persona se infecte por contacto con un animal enfermo o con el cadáver de un animal muerto por culpa del virus del Ébola. Muchas veces este contagio se produce por la necesidad de cazar, manipular y comer monos, antílopes, puercoespines o murciélagos. Una vez enferma, el contacto estrecho con sus familiares extiende la enfermedad a estos y otros allegados. El personal sanitario que los atiende también enferma, porque en los primeros momentos piensan que la enfermedad está causada por otros patógenos más frecuentes como los que causan el paludismo (malaria), las diarreas infecciosas, o enfermedades febriles como el dengue y la fiebre amarilla. De esta forma, cada vez más personas van contagiándose y la enfermedad de Ébola se propaga.
En estos países recién salidos o todavía inmersos en conflictos militares, con pocos recursos materiales y sanitarios y con una población que no ha podido recibir una educación apropiada, es fácil que corran bulos y rumores sobre causas mágicas de la enfermedad. La ignorancia facilita que muchos enfermos acudan a curanderos que, a su vez, enferman y contagian a otras personas que acuden a su consulta. La escasez de medicinas y materiales médicos empeora las cosas.
Así, la utilización repetida de las mismas agujas y jeringuillas, que en los países con recursos son de un solo uso, promueve la transmisión del virus de personas enfermas de Ébola a otras que no lo están, pero requieren un tratamiento o una vacuna para otras enfermedades. También se transmite por ciertas tradiciones locales, como el lavado y ungido de los cadáveres, las muestras de cariño que implican un contacto con el fallecido durante el funeral, etc., favoreciendo el contagio.
El origen de la enfermedad se remonta a 1976, año en el que se describieron los dos primeros brotes epidémicos de Ébola en Yambuku (República Democrática del Congo) y Nzara (Sudán del Sur), y se han producido numerosos brotes. La enfermedad se bautizó con el nombre de Ébola porque el primer brote se produjo muy cerca del río Ébola, uno de los ríos tributarios del río Congo. La mortalidad de estas epidemias ha sido variable, y ha matado en algunas ocasiones al 90% de los enfermos. Sin embargo, todas las epidemias anteriores sumadas han causado menos enfermos y muertes que la epidemia actual. Nunca nos habíamos encontrado con una epidemia que afectara a tantos países ni que hubiese causado una alarma tan grande en todo el mundo. La mortalidad de esta epidemia actual oscila entre un 40% y un 70%, si se valoran los fallecidos con respecto al total de personas con sospecha de la enfermedad o con enfermedad comprobada.
El virus del Ébola es en realidad un grupo de virus que incluye cinco especies diferentes: ebolavirus Zaire, ebolavirus Sudan, ebolavirus Bundibugyo, ebolavirus Taï Forest y ebolavirus Reston. Las dos primeras son muy mortíferas, mientras que la última, ebolavirus Reston, que es la única que no se encuentra en África sino en Asia, no provoca enfermedad humana. Los reservorios animales de los virus del Ébola parecen ser los murciélagos frugívoros, aunque varios animales como gorilas, chimpancés y otros primates, pequeños antílopes, etc. pueden enfermar y morir o ser reservorios transitorios. De hecho, el Ébola está diezmando las poblaciones de gorilas y chimpancés en varias regiones.
Esquema de la ecología y la transmisión de los virus de Ébola. Los murciélagos serían el reservorio. El contacto con los murciélagos o sus secreciones podría ser la forma de contagio de otros animales y de las personas. Diferentes animales, como monos, antílopes o puercoespines podrían sufrir la infección y transmitirla por contacto a la personas. Las personas, chimpancés y gorilas sufren una enfermedad grave con alta mortalidad (Diseño de Tania Quindós González).
Evitar el contagio
El contagio del Ébola se produce por contacto estrecho de las membranas mucosas (de la boca, los ojos, la nariz, etc.) o de la piel lesionada, con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales, como saliva, heces, vómitos, orina, semen, etc. de personas y animales enfermos o muertos por la enfermedad, o por el contacto con materiales contaminados por estas secreciones y órganos. Este contagio es más probable en aquellas personas, familiares, allegados y personal sanitario que cuidan a los enfermos, sobre todo en los momentos finales de la enfermedad, cuando se produce el fallecimiento o cuando se toca o mueve el cadáver. En ese momento el número de virus (carga viral) puede ser muy alto.
Sin embargo, el virus se muere en pocas horas cuando está fuera del cuerpo de los enfermos. Además, las superficies contaminadas se pueden desinfectar con lejía y otros productos habituales de limpieza y desinfección. El virus del Ébola no se transmite ni por el aire ni por el agua ni tampoco por picaduras de insectos u otros artrópodos.
El contagio se evita tomando las precauciones oportunas, entre ellas las denominadas medidas de barrera, cuando se debe cuidar a un enfermo. Estas precauciones incluyen un lavado frecuente de las manos, el uso de equipos de protección personal de barrera (mascarilla, gafas, bata o mono de mangas largas, guantes, calzas, etc.) en función del riesgo de salpicaduras y contacto con personas o materiales infectados, acompañadas de prácticas de inyección segura y entierros en condiciones adecuadas.
También es muy importante, en las zonas donde está presente la enfermedad, el cuidado al manipular animales o sus productos para el consumo, y es recomendable el uso de guantes, y cocer o asar bien los alimentos antes de consumirlos. Un avance importante que cambiará completamente la situación será el empleo de alguna de las vacunas en estudio que podrían proteger contra el Ébola. Dos de estas vacunas están en las fases de estudio clínico y, de no encontrar efectos adversos o indeseados, podrían permitir que se comiencen a utilizar en el año 2015 en los grupos de mayor riesgo: familiares y allegados de los enfermos y personal sanitario de las regiones con mayor riesgo.
Sintomatología y tratamientos
La enfermedad de Ébola se manifiesta por la aparición súbita de fiebre elevada (habitualmente más de 38,6° C), debilidad intensa acompañada de dolores musculares, de articulaciones, de cabeza y de garganta después de un período de incubación (tiempo desde el contacto con los virus hasta la aparición de los síntomas) que puede variar entre 2 y 21 días. Después pueden producirse vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y alteraciones de la función renal y hepática. En algunos pacientes también tienen lugar hemorragias internas y externas graves.
La sintomatología está causada por la multiplicación del virus en muchas células y órganos de nuestro cuerpo, incluidas células como los glóbulos blancos o leucocitos que deberían defendernos contra el virus, o células de las paredes de los vasos sanguíneos que, una vez dañadas, dejarían escapar la sangre a los órganos o al exterior (hemorragias). La manipulación de las células infectadas por parte de los virus provoca una inflamación muy fuerte y problemas de la coagulación sanguínea que perjudican y retrasan la curación. Esta sintomatología puede confundirse con la de otras enfermedades infecciosas con fiebre o diarrea que son más frecuentes en África que el Ébola, como son el paludismo, la fiebre amarilla, las diarreas infecciosas, la fiebre de Lassa y el dengue.
Es importante tener en cuenta que el contagio no se produce cuando las personas infectadas no tienen síntomas y que es poco probable que se produzca durante las primeras fases de la enfermedad, cuando los virus son pocos. Esta probabilidad aumenta con la progresión de la enfermedad.
El diagnóstico se realiza con pruebas de laboratorio que permiten detectar el ácido nucleico o algunas proteínas del virus en la sangre u otras muestras de los enfermos. Aunque el virus se puede cultivar en el laboratorio empleando células de mono, no se aconseja hacerlo porque es muy peligroso y se necesitan instalaciones complejas de alta seguridad biológica. Aunque no hay un tratamiento con fármacos que sea específico para el Ébola, es muy importante que los enfermos estén bien hidratados y que no tengan desequilibrios hidroelectrolíticos (de agua y sales minerales del cuerpo). Los pacientes que se mantiene con vida gracias a estos cuidados durante dos semanas o más, pueden curarse y restablecerse de la enfermedad. En algunos enfermos quedarán secuelas de menor o mayor importancia, y en la mayoría una protección (inmunidad) contra el virus que puede durar varios años.
Se han probado varios tratamientos para intentar eliminar el virus de los pacientes infectados, pero no hay suficientes datos para saber si son realmente de utilidad. Entre estos se encuentran los sueros de personas que han superado la enfermedad y que contienen algunas proteínas defensoras (anticuerpos), anticuerpos obtenidos en animales y plantas de laboratorio (como el ZMapp), o fármacos, como el Favipiravir, que han mostrado un efecto contra el virus en animales de experimentación.
Para finalizar, es importante que tengamos en cuenta que la enfermedad de Ébola es una infección que afecta a países pobres de una amplia zona del continente africano y que es un deber internacional ayudar en la contención y posterior eliminación de esta epidemia. Como comenta la directora de la Organización Mundial de la Salud, la doctora Margaret Chan, tenemos los conocimientos necesarios para controlar esta epidemia aunque no haya un tratamiento específico contra el virus. Este objetivo se puede conseguir con una adecuada educación de las personas que viven en zonas de riesgo y la implicación de equipos sanitarios preparados con todo lo necesario para atender adecuadamente a los enfermos y a las personas con un riesgo mayor de contagio.
Enlaces sobre el Ébola que podrían ser de vuestro interés:
Entrevista de Eva Caballero en “La Mecánica del Caracol” de Radio Euskadi sobre la conferencia “El temor en los tiempos del Ébola”
Charla en el Auditorio de La Alhóndiga, Bilbao, 15 de octubre de 2014: El temor en los tiempos del Ébola [youtube]http://youtu.be/PEQpIMcRVFA[/youtube]
Enfermedad de Ébola (OMS)
Aspectos éticos del tratamiento de la Enfermedad de Ébola (SINC)
Mitos sobre el Ébola
Homeopatía y Ébola
Vacuna experimental contra el virus de Ébola
Otros videos
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El Ebola es una enfermedad grave transmitida por contacto directo de secreciones del paciente, por lo tanto se deben de implementar medidas educativas sobre higiene personal, manejo de secreciones, uso de equipo de protección al tratar al paciente y al manipular los cadáveres tanto al personal médico como a la familia.