La pandemia de la Covid-19 ha inducido una fuerte crisis económica, de duración e intensidad difíciles de prever. Muchas empresas de diferentes sectores han padecido sus consecuencias. ¿Qué puede hacerse no solo para superar los efectos inmediatos de la crisis, sino, a más largo plazo, para superar las dificultades en un entorno de incertidumbre? Arturo Rodríguez Castellanos, Catedrático de Economía Financiera, y Nerea San Martín Albizuri, Profesora de la UPV/EHU y miembro del Enpresa Institutua, en un trabajo recientemente publicado, reflexionan sobre el tema y aportan algunas respuestas al respecto.
Así, en primer lugar analizan las características de la crisis económica actual, destacando sus importantes diferencias con las acaecidas en las últimas décadas, ya que no tiene un origen económico ni financiero, sino en un shock externo, pero también sus semejanzas, como su clara vinculación a la complejidad debida en gran parte al fenómeno de la globalización, con sus derivadas como la incertidumbre y la imprevisibilidad.
A continuación, aventuran algunas de las consecuencias esperables de dicha crisis, como el desarrollo de las TIC, la reestructuración de las cadenas mundiales de suministro, o incluso el retorno de la producción, este último entre otras cosas para evitar la dependencia externa en el suministro de ciertos activos estratégicos, como los de tipo sanitario.
Seguidamente, presentan sugerencias en el ámbito empresarial, tanto para superar en el corto plazo los efectos de la crisis, como para afrontar la supervivencia empresarial a más largo plazo en el entorno de incertidumbre que se vislumbra.
Así, desde una óptica de corto plazo, indican cómo la actuación para afrontar los efectos más inmediatos de la crisis dependerá del lado en que se sitúen los problemas, si del de los clientes o del de las operaciones, o de ambos, teniendo en cuenta cuatro campos de acción estratégicos: comunicación con la clientela, operaciones, flujos de tesorería y gestión del talento humano. Para ello aportan una tabla que sintetiza las actuaciones a llevar a cabo en cada uno de esos campos según la situación en que se encuentre cada empresa.
Pero, indican estos autores, más allá de la superación de la crisis, la supervivencia a más largo plazo de la empresa ante un entorno globalizado, complejo e incierto, en el que las crisis como la actual pueden presentarse en cualquier momento de forma imprevista, dependerá de la medida en que consiga cumplimentar dos propósitos básicos, como son la innovación y la sostenibilidad. Y para ello deberá generar, o reforzar, una serie de capacidades, que resumen en tres tipos de ambidestrezas: la ambidestreza(1), o capacidad para combinar la “exploración”, esto es, la búsqueda y creación de nuevo conocimiento, con la “explotación” del conocimiento existente; la ambidestreza(2), esto es, la capacidad para combinar la detección y aprovechamiento de nuevas oportunidades con la identificación y limitación de riesgos; y, por último, la ambidestreza(3), capacidad para combinar las habilidades tecnológicas con un fuerte humanismo.
Todas estas reflexiones y análisis se recogen en un artículo publicado en la Revista GEON (Gestión, Organizaciones y Negocios), de la Universidad de Los Llanos(ver abajo).
Artículo accesible aquí (http://revistageon.unillanos.edu.co/index.php/geon/article/view/219)
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