El contexto económico actual necesita servirse de la confianza como un instrumento continuo de relación. De hecho, junto con la responsabilidad y los estándares morales, configura un clima donde la percepción principal es que el modo de proceder está ajustado a ciertos alineamientos éticos.
En ese sentido, un clima ético construye un hábitat interpersonal que desarrolla vínculos de cercanía basados en estados emocionales positivos. Este escenario facilita la integración sistémica de otras variables relevantes como la autonomía laboral, la motivación intrínseca o la creatividad, que pueden actuar como mecanismos o circunstancias explicativas.
Es interesante señalar que un clima ético promueve la creatividad organizacional sólo a través de índices altos de autonomía laboral. Cuando esta autonomía se reduce significativamente, la relación entre clima ético y creatividad se torna negativa. Además, a través de rangos medios de autonomía, la relación entre clima ético y creatividad deja de ser relevante.
Por último, el clima ético se asocia con la creatividad mediante criterios benevolentes y de principios, pero no egoístas. La creatividad se aleja del interés propio o del beneficio empresarial cuando este deja de ser socialmente beneficioso. Además, la creatividad tampoco se vincula con la moralidad individual, pues es un aspecto que evita la flexibilidad en el comportamiento.
La investigación a la que alude la publicación debajo citada contribuye a la literatura sobre el clima ético integrando la creatividad, la motivación intrínseca y la autonomía laboral en un mismo marco teórico y pretende aumentar el grado de conocimiento sobre el impacto positivo de los climas éticos en el rendimiento creativo de los empleados. Proporciona un sólido apoyo empírico sobre cómo el clima ético y la creatividad se relacionan sobre todo a través de los criterios de benevolencia y principios. Representa una valiosa contribución al estado del arte sobre la importancia de evaluar la creatividad mediante un enfoque normativo, ya que la ética y el comportamiento innovador no siempre coinciden. Sobre la base de estos resultados, será posible comprender el tipo de clima ético propicio para fomentar un comportamiento creativo. Esto puede tener importantes implicaciones prácticas, no sólo en el sector estudiado, sino también en otros sectores con un capital humano de alta formación académica. Además, este estudio valida que la confianza es el elemento clave que une indicadores como la eficiencia, la amistad, el interés de equipo o la responsabilidad social, e influye en las normas, procedimientos y leyes y códigos profesionales.
Para conocer más, puedes acceder al artículo:
Santiago-Torner, C. (2023). Ethical Climate and Creativity: The Moderating Role of Work Autonomy and the Mediator Role of Intrinsic Motivation. Management letters / Cuadernos de Gestión, 23(2), 93-105. Leer aquí.
Carlos Santiago-Torner pertenece al Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Central de Cataluña y es experto universitario en Reclutamiento 2.0 y Selección por Competencias. Posee una dilatada experiencia en dirección de recursos humanos y en gestión del conocimiento y procesos de organización, con un foco orientado a las personas y a la mejora del clima laboral.
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