Patxi Casal, Director General de Alzola Basque Water acudió recientemente a impartir una conferencia al alumnado del máster en Marketing y Dirección Comercial de la UPV/EHU.
La conferencia comenzó con la explicación del origen y esencia de agua de Alzola, una empresa que data de 1776 y cuyo manantial es uno de los decanos de Europa. Sorprendió indicándonos que, por ley, el agua mineral natural no se puede tocar ni modificar, sólo custodiar hasta que llega al cliente, lo cual implica que el producto que comercializan es siempre el mismo no pudiendo realizar ningún tipo de modificación.
Ante esta limitación, se marcaron como objetivo ser la mejor agua del mundo. En un momento en el que se estaba invirtiendo en lo “basque” con la aparición del “Be Basque”, el “Basque Culinary Center” y la imagen del “Basque Country”, decidieron denominarse “Basque Water”. Esta nueva denominación tuvo una aceptación muy buena y en poco tiempo, su agua se conocía como Alzola y como Basque Water.
Ante la dificultad de obtener financiación porque estaban saliendo de un concurso de acreedores heredado de los anteriores propietarios, decidieron que lo ideal era crear un contrato con la sociedad mediante el desarrollo de la siguiente estrategia social: “Alzola puede crear 30 puestos si cada vasco/a bebe 3 botellas”. De esa forma, conseguían mostrar que la generación de empleo cercano estaba también vinculada a nuestro propio consumo.
También decidieron alinearse con organizaciones sociales como la Asociación Española contra el Cáncer y la Hermandad de Donantes de Sangre con quienes realizaron acciones encaminadas a conseguir más voluntarios y donantes para las asociaciones, al mismo tiempo que se contribuía a dar a conocer a Alzola y a su agua y distintos envases.
Para Alzola era importante expandirse por todo el mundo y eso lo hicieron nombrando embajadora de Basque Water a Ana Isabel Escriche. El trabajo de la Ana Isabel era contar la historia de Alzola por cada sitio que pisase. De esta manera la llevó a más de 50 países distintos llegando incluso a Bruselas para solicitar a la Comisión Europea que denominaran a Alzola Basque Water la “mejor agua del mundo”.
En 2018 terminaron de liquidar totalmente todos los flecos que quedaban del concurso de acreedores con lo que ya tenían más capacidad económica para hacer frente a nuevas inversiones. Simultáneamente, tanto el mercado del agua mineral como el de su empresa, seguían creciendo. De hecho, en su caso, tenían un 30% más de demanda que capacidad de producción con lo que, tras un análisis, decidieron adaptar la capacidad de producción a la demanda del mercado haciendo una importante inversión en modernizar sus instalaciones.
La empresa iba muy bien, con crecimiento del 28% sobre 2019 hasta el 14 de marzo en que se declaró el estado de alarma en todo el país y el consecuente cierre de hostelería, máquinas expendedoras y oficinas donde se bebía su agua.
El momento era duro. De la noche a la mañana se les cayeron tres de sus cuatro principales grupos de clientes (la alimentación seguía en pie) y tenían que tomar medidas. La más importante fue la decisión de no parar las máquinas ya que el manantial no podía parar y volver a ponerlas en funcionamiento costaría mucho más que los costes en los que pudieran incurrir por tenerlas en funcionamiento. Asimismo, se pusieron en contacto con sus clientes, administración pública, proveedores, bancos, socios… para buscar ayuda y apoyo. En tercer lugar, desarrollaron acciones para dar salida a las botellas que generaban animando a la gran distribución a ofrecer sus botellas en más zonas y apoyando a los hospitales y Cruz Roja con el mejor material que tenían: su agua.
En su brillante conferencia, que podéis ver pinchando aquí, Patxi animó al alumnado a reconocer tanto los errores como los aciertos, a agradecer a quienes te apoyan y a buscar alianzas que permitan ganar a las dos partes. ¡Eskerrik asko por tu tiempo Patxi!
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