Agustín Markaide, presidente de Eroski, con motivo de la inauguración de los Másteres del Enpresa Institutua, impartió una conferencia enmarcada en la visión de una cooperativa de consumidores, Eroski, que cumple ahora 50 años. Así, tal y como Markaide desgranó en su exposición, hace cinco décadas, los fundadores de Eroski buscaban el acceso a alimentos de mayor calidad y mejor precio. Hoy los consumidores buscan poder alimentarse mejor y que el consumo sea más sostenible, social y medioambientalmente. Y esta es hoy la finalidad de Eroski, creada por consumidores y gobernada hoy por los consumidores y los trabajadores que son los que deciden la Misión y las estrategias de la cooperativa y las opiniones que se comentaron en su ponencia, y que se resumen a continuación.
El consumidor ha modelado la sociedad de consumo actual. Se decía que el consumidor tenía el poder de cambiar aspectos muy importantes de la sociedad a través de su compra cotidiana que actúa igual que la selección natural en la evolución de las especies. Pero estos mecanismos de influencia del consumidor han cambiado, mucho, y lo han hecho recientemente.
Las redes sociales se comportan como aceleradores del cambio social. Hoy casi la mitad de la población mundial se conecta a diario en las redes que son las nuevas plazas virtuales de reunión. Esto cambia la realidad, se movilizan las conciencias y las personas y se impulsa la primavera árabe o el 15-M, nacen partidos, cambian gobiernos… De este modo los problemas enquistados de siempre, se abren camino y se convierten en protagonistas de la agenda social y en esta agenda, el medio ambiente y la salud ocupan un papel esencial.
Se observa una fuerte tendencia hacia una alimentación más saludable y un consumo más sostenible. Hoy se pone de manifiesto la desconfianza sobre la alimentación y muy especialmente, sobre la procesada. Y esto ocurre cuando la alimentación disponible es más segura que nunca (a pesar de que surgen y surgirán crisis esporádicas) y cuando se duda sobre si seremos capaces de alimentar a una población mundial creciente sin afectar de forma definitiva a nuestro entorno.
Las empresas debemos adaptarnos a esta nueva realidad social, que se ha colocado por delante y exige cambios, tanto en el lenguaje como en la acción. Eso supone asumir que podemos hacer las cosas mucho mejor y que tenemos que hacer las cosas mucho mejor.
La empresa de distribución tiene un compromiso con la sociedad. La cuestión de facilitar un mayor acceso a la salud y a un consumo más sostenible puede surgir como una oportunidad de mercado para muchas empresas, pero también debe surgir como un imperativo ético y cívico.
Abordar la Transición Alimentaria. Esta es una manera de enfocar esta responsabilidad de las empresas del gran consumo. La próxima transición alimentaria pone el foco en mejorar tres ámbitos:
- El impacto sobre la salud, (accesibilidad, salud, seguridad)
- La sostenibilidad: el medio ambiente y el entorno social de la producción
- Las variables culturales (creencias, gustos, placer, …)
Los distribuidores y los fabricantes deben colaborar en esta Transición. Ante las incertidumbres para hacer una transición ordenada hay algunas reglas que pueden facilitar el proceso.
- Primero: La declaración de voluntad de los distribuidores. Eroski formuló esos compromisos hace casi dos años (10 Compromisos de Salud y Sostenibilidad) y actuará en consecuencia.
- Segundo: colaborar con los fabricantes y marcas que avancen en esa dirección.
- Tercero: dando ejemplo con nuestras marcas propias.
Tras la exposición de estas interesantes reflexiones, el acto se cerró en el mismo aula magna de la Facultad de Economía y Empresa (Sarriko) con el nombramiento de Agustín Markaide como profesor de honor del Máster en Dirección y Gestión de Empresas-Executive MBA y del Máster en Marketing y Dirección Comercial, ambos de la UPV/EHU.
Deje una respuesta