Ainhoa Saitua, profesora de Relaciones Laborales y Trabajo Social de UPV/EHU en el Campus de Leioa, considera que el lenguaje también puede ser un motor para la igualdad en el ámbito de la comunicación empresarial ya que facilita la visibilidad de la mujer en el ámbito de la empresa. Un hecho indiscutible que ayudaría a las mujeres a ser más reconocidas en el papel activo que desempeñan y, que al mismo tiempo, proporcionaría una visión más fiel de la pluralidad que conforma el colectivo en cada organización o empresa.
El Instituto de Economía Aplicada a la Empresa ha hablado con la profesora Saitua para realizar esta entrevista donde la experta desgrana las claves de la relación entre la igualdad de género y el enfoque de hacer economía y empresa propuesto por la RSC, Responsabilidad Social Corporativa.
Pregunta: ¿Cree que la comunicación empresarial y la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) pueden apoyar la igualdad de género dentro de las organizaciones y empresas?
Respuesta: Sin duda, la inclusión de la igualdad de género como una acción de RSC redundaría en la mejora de la transparencia y daría una mejor respuesta a las necesidades de los diferentes grupos de interés de una entidad, y de esta manera se salvaguardaría mejor la legitimidad y reputación de todas las personas que forman parte de una organización, sean hombres o mujeres. Si además los organismos reguladores redactaran las normativas siguiendo las recomendaciones institucionales para incorporar la perspectiva de género en el lenguaje, de manera que las empresas utilizaran un lenguaje no sexista, la repuesta a la pregunta es muy clara: la comunicación favorece la igualdad porque aporta visibilidad a la mujer en el ámbito de la empresa.
P: ¿Cuál es la situación actual en nuestro país?
R: En España, a pesar de que se han publicado muchas guías para un lenguaje no sexista, así como una Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres en 2007, el uso del lenguaje en igualdad aún no está garantizado ni siquiera en la propia redacción de las distintas normativas como la normativa mercantil o la contable. En el mundo empresarial destaca el caso del Banco Santander por haber accedido a la presidencia de la entidad una mujer, Ana Patricia Botín.
P: ¿Podemos analizar este ejemplo concreto como un caso de buenas prácticas en el uso del lenguaje?
R: A pesar de reconocer que la igualdad se ha convertido en una exigencia legal, y de que el Banco Santander realiza esfuerzos por implantar acciones como planes de carrera enfocados a mujeres con potencial, al igual que en la mayoría de empresas, aún es mayoritario el uso que realiza del genérico masculino en la designación de diferentes colectivos de personas. Así, por ejemplo, en su último informe de sostenibilidad disponible cita a “empleados” o “administradores”, cuando debería decir “personas empleadas” y “del Consejo de Administración” respectivamente.
Es cierto que los usos gramaticales difieren según el idioma, así tenemos el caso de Suecia, que puede considerarse único porque en 2012, además de los pronombres existentes para “ella” (hon) y “él” (han), se propuso un tercer neutral hen, que ha visto extendido su uso en los últimos años
P: Si una empresa desea promover un lenguaje no sexista, ¿dónde puede encontrar orientación a la hora de elaborar su comunicación empresarial?
R: Según la Organización Internacional del Trabajo, la organización que pretenda ser justa desde el punto de vista del género, deberá especificar que incumbirá a la persona titular del cargo incorporar según corresponda la igualdad de género al ámbito de su trabajo. Pero recuerda que muchas normas fueron formuladas cuando aún no existía interés por emplear un lenguaje neutral desde el punto de vista del género, esto es, una terminología según la cual no se dé por sentado que la clásica persona trabajadora es un hombre. En este sentido, el Manual para la redacción de Instrumentos de la OIT facilita orientación sobre el uso de un lenguaje incluyente desde el punto de vista del género al redactar normas, ya que el lenguaje, incluido el relativo al derecho del trabajo, no debería promover un solo género como categoría universal ni transmitir prejuicios.
P: Cuando hablamos de perspectiva de género, ¿qué avances encontramos en el cumplimiento de las recomendaciones nacionales e internacionales para el uso de un lenguaje inclusivo?
R: En mayo de 2017, en cumplimiento de una de las medidas de publicación fijadas en la Estrategia de Responsabilidad Social, el Gobierno ha lanzado una web donde las empresas podrán registrar sus memorias de sostenibilidad (ya hay más de 200). En su presentación, la Ministra de Empleo destacó que tanto el portal como la herramienta de publicación de memorias son pioneros a nivel europeo y refuerzan el papel de liderazgo que España viene marcando a nivel internacional en materia de RSC. Estas noticias son positivas en lo que respecta a un uso del lenguaje con perspectiva de género, pero aún queda mucho camino por recorrer, tanto en la comunicación legal como en la empresarial, si se quieren cumplir las recomendaciones nacionales e internacionales, como la de la Comisión Europea de 2008.
- Dª Ainhoa Saitua es profesora del Departamento de Economía Financiera I en la Facultad de Relaciones Laborales y Trabajo Social (Campus de Leioa) de UPV/EHU
El artículo publicado por la autora en Revista Iberoamericana de Contabilidad y Gestión, se puede consultar aquí.
Enhorabuena por el planteamiento de la entrevista. En efecto, una de las acciones de mejora de las sociedades y empresas en el marco de la RSC, sería revisar las memorias y demás documentos empresariales, como por ejemplo los códigos de buen gobierno corporativo, y modificarlos incorporando el lenguaje inclusivo.
De esta manera, los textos nos trasladarían en todo momento que las mujeres están o deberían de estar presentes en los órganos de decisión empresarial.