Antonio Laso García y Eneko Ochoa Larringan son socios fundadores de la firma vasca de Biotecnología AleoVitro, con sede en el Parque Tecnológico de Zamudio (Bizkaia). Se trata de una empresa puntera, muy especializada en la investigación in vitro de la propagación de plantas y la recuperación de especies en peligro de extinción.
Así lo reconoció la Junta de Andalucía al nombrarlos en 2020 Agentes Colaboradores por el caso de la Artemisia granatensis o “manzanilla real”. Se trata de una planta endémica del Parque Nacional de Sierra Nevada (Granada), que estuvo en peligro crítico de extinción hasta que la investigación de AleoVitro abrió la vía para su cultivo a gran escala y su comercialización como planta medicinal. En AleoVitro son expertos en la cura de enfermedades transmitidas por semillas, el análisis químico de muestras relacionadas con fármacos y con otros principios activos, y el análisis de perfiles metabólicos para deportistas de élite.
Antonio Laso García, Doctor en Química Orgánica por UPV/EHU y Eneko Ochoa Larringan, Licenciado en Biología, con Especialidad en Botánica y Biología de la Conservación, decidieron apostar por un proyecto empresarial propio. AleoVitro nace en el año 2014 como fruto de una colaboración multidisciplinar con el fin de potenciar el desarrollo de los sectores Químico y Biológico en el entorno agrícola. En ese recorrido encontraron un apoyo inestimable en la persona de Fernando Bovedilla, quien fuera responsable del Biokabi-Beaz (Parque Tecnológico de Zamudio, en Bizkaia).
– Antonio Laso: Aleovitro es un proyecto de “emprendimiento 2.0” que nace en 2014 como una empresa “biotech” (biotecnología) del sector agro con un producto y servicio propio, muy especializado en el mercado. A pesar de que el sector de la biotecnología era tierra quemada entonces y la confianza de la Administración e inversores en estos proyectos era escasa, decidimos lanzar nuestro proyecto de negocio apoyados en tres factores: nuestro conocimiento del entorno profesional, una filosofía disruptiva y la posiblidad de preparar nuestros prototipos en las zonas comunitarias de la bio-incubadora Biokabi-Beaz (Parque Tecnológico de Bizkaia). Así nació Aleovitro.
– MBAe3: ¿Qué es la recuperación in vitro de una planta y por qué se hace?
– Eneko Ochoa: El cultivo in vitro de una planta es una técnica biotecnológica que puede servir como alternativa para la recuperación de una especie amenazada. Podemos hablar de cómo nuestra investigación, con recursos propios, ha servido para salvar de su extinción a la Artemisia Granatensis, la planta medicinal más amenazada de la Unión Europea, y cuya recolección se considera delito medioambiental.
Este esfuerzo conjunto con el ICA-CSIC, ha permitido a Aleovitro ser acreditada por la Junta de Andalucía como Agentes Colaboradores para la recuperación de especies en peligro de extinción. Así tenemos acceso a especies amenazadas para rescatarlas y, potencialmente, cultivarlas fuera de su entorno natural para evitar su extinción y para proporcionar nuevos aprovechamientos económicos en el sector agrícola en áreas de fitocosmética, bioplaguicidas, agrifarma y otras.
– MBAe3: ¿Por qué es importante el emprendimiento científico?
– Antonio Laso: El emprendimiento científico permite la transferencia de conocimiento, desde la universidad y los centros tecnológicos hasta la sociedad de mercado. Así el conocimiento va más allá de las publicaciones científicas. Tiene una aplicación en la vida real.
El emprendimiento científico puede permitir sacar un fármaco de la vitrina de laboratorio al dispensario de una farmacia, que de otra manera no podría llegar a la sociedad. Esto significa progreso y crecimiento económico. De esta manera, se crea un círculo en el que la creación de conocimiento en el ámbito académico, llega a la sociedad en forma de soluciones. En momentos críticos como la actual pandemia de Covid-19, solo el conocimiento científico dará una solución.
– ¿Creéis que es importante la formación para el emprendimiento?
– Eneko Ochoa: Hay que aprender a emprender. La formación específica para el emprendimiento es fundamental. Es la manera de acortar los plazos y reducir riesgos para sacar adelante los proyectos de emprendimiento. En el caso de AleoVitro, hicieron falta seis años de inmersión en un entorno emprendedor, en una bio-incubadora localizada dentro de un Parque Tecnológico, para aprender una fracción de lo que se imparte en cualquier formación académica dirigida hacia el emprendimiento. No sólo hacen falta conocimientos científico-técnicos, también hacen falta conocimientos económicos, legales y de empresa. Es por ello que, la ultraespecialización, tan necesaria en el ámbito científico, es contraproducente a la hora de emprender, pues hacen falta otras herramientas transversales que sólo se tienen en consideración cuando se da el salto del mundo académico al mundo empresarial. Con todo, una formación especializada y concentrada en un tiempo limitado, puede ahorrar muchos años de dar palos de ciego.