BBAA Bitakora

Es difícil entender por qué el fuego se asocia con el color rojo ya que tiene también otros colores. Quizás sea porque provoca una intensa reacción. La blancura de la nieve provoca una reacción distinta a la rojez del fuego. El primer color que ven los bebés es el negro, después el blanco seguido del rojo.

De los cuatro elementos griegos básicos (aire, fuego, tierra y agua), el fuego es la materia que tiene las cualidades más diferentes. No es, por ejemplo, un objeto que se puede coger y llevar de aquí a allí, ni tampoco cambia con el tiempo como los otros. Fuego es energía en forma de luz y calor. Cuando un material orgánico, como por ejemplo la madera, desprende mucha energía térmica, arde, y la incandescencia de esos gases son el fuego. Según baja la combustión se apaga el fuego. La nieve es agua helada en forma de cristales aglomerados, sin impurezas, y los cristales de hielo son translúcidos. Cuando las partículas de luz (fotones) los atraviesan, interactúan con sus estructuras y cambian de dirección. Una partícula de luz que entra en un cristal en una dirección, sale con otra, y como la nieve es la suma de muchos cristales, este proceso se repite muchas veces. El rebote de los colores de los fotones en todas las direcciones hace que se mezclen y combinen y se genere el color blanco.

El título de la exposición Ni tan rojo como el fuego ni tan blanco como la nieve conjura una imagen mental que no se delata a sí misma declarando abiertamente lo que es. No es esto-no es esto, dice. La mente rebota adelante y atrás intentando averiguar que será y el recorrido deja una secuela que lo tiñe todo. El filósofo francés Gilles Deleuze se refiere a este ir y venir como un ‘pensamiento-movimiento’ que impulsa la mente a entender las cosas a modo de relaciones, y a actualizar unas, pero no otras. Al final se entiende algo, pero no todo.

Ni tan rojo como el fuego ni tan blanco como la nieve propone una actitud especifica hacia la idea de las relaciones y sobre todo hacia la idea de cómo construimos nuestra relación con el entorno. La exposición se realiza en Black Maritxu, una campa a las afueras de la localidad de Arrieta (Bizkaia) y los trabajos se apoyan sobre una serie de planchas de material MDF colocadas horizontalmente a cierta distancia del suelo. Las obras coexisten con el paisaje y los dos mundos cohabitan durante un corto periodo de tiempo. Aunque nunca lleguen a relacionarse directamente o a entenderse.

Jasone Miranda-Bilbao

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