Julián Irujo, pintor, catedrático de Pintura de la UPV/EHU, participó de manera activa en la estructuración de la Facultad de Bellas Artes como vicedecano de la misma, a principios de los años 90, y, de manera singular, organizó los intercambios “Erasmus” con las demás facultades y escuelas de Bellas Artes europeas. En su trabajo ha mostrado el modo en que la práctica artística experimental, la investigación universitaria y la práctica docente se pueden conjugar y nutrir, contribuyendo de manera importante al desarrollo de una línea de investigación basada en una semiótica experimental aplicada a la práctica artística y docente.
En este sentido, y para definir la especificidad de los trabajos realizados en nuestra facultad, ha acuñado un concepto nuevo denominado “semiurgia”, basado en el sufijo “urgia” que se emplea en términos como metalurgia o siderurgia, para definir aquellos planteamientos que tienen que ver con la acción, con los procesos creativos, con la manipulación directa de los materiales a los que se da forma.
Julián nos deja un legado muy importante que podemos encontrar en los trabajos que ha realizado y que definen con precisión sus ideas. Desde el punto de vista artístico pictórico, nos aporta una obra personal y de calidad, como se demuestra en las 25 exposiciones pictóricas individuales e innumerables colectivas. En su trabajo de investigación universitaria, ha dirigido 10 tesis doctorales y realizado publicaciones y exposiciones de los distintos proyectos de investigación en los que ha participado y en su práctica docente, destaca el que ha sido su modo de proceder habitual: la aplicación en su clase de todo lo investigado, constatando, de este modo, la perseverancia en una dirección y su profundización en los numerosos escritos que nos lega. Sus dos últimos libros, “Saber sentir la pintura” y “La mirada peligrosa”, tienen un carácter testamentario.
Erantzuna idatzi