Aunque en el ambiente artístico se le conocía como Ramón Carrera, Ramón era su primer apellido y Carrera el segundo. No le gustaba que le llamaran Ramón, él quería que le le llamaran Pepín, porque así le llamaba su madre.
En la época de profesor, nos enseño lo que es enseñar con pasión y en la época de vecino del campus de Leioa, nos enseñó que a pesar de de la dureza de vivir aislado, seguir emocionándose y apasionándose es el único que alimenta el espíritu creativo. Pepín era como las olas del cantábrico, rebelde e irreverente a veces, cariñoso y amable otras veces.
Erantzuna idatzi