Agujeros negros

Los agujeros negros están a buen seguro en el primer lugar de la lista de objetos astronómicos fascinantes. Más allá de sus intrigantes propiedades, hoy nos detendremos en el hecho de que prácticamente todas las galaxias que conocemos poseen un agujero negro supermasivo en su interior, donde supermasivo significa del orden de millones de masas solares. En un universo más joven y lejano muchos de esos núcleos se encontraban en auténtica ebullición, produciendo gigantescas emisiones en forma de chorros (o jets) que viajan por el espacio y el tiempo hasta llegar a nuestros telescopios. La historia de formación de galaxias que normalmente se maneja, predice la interacción de muchas de estas jóvenes galaxias para formar galaxias mayores. De ser así, y dependiendo de las escalas de tiempo de esas interacciones, deberíamos ser capaces de ver algunos de esos núcleos orbitando el uno alrededor del otro, a punto de fusionarse en un único objeto. Un artículo muy reciente muestra precisamente el sistema triple de AGN (Active Galactic Nuclei) más “empaquetado” que se ha descubierto hasta la fecha, mostrando que pueden ser más frecuentes de lo que se creía y proponiendo una forma de detectarlos aún sin ser capaces de resolverlos, a través de las emisiones modificadas por la cercana presencia de sus compañeros. Este el tema de mi última entrada en el blog Mapping Ignorance, si estás listo para viajar hasta un sistema triple de agujeros negros… pincha en el enlace de abajo!!!!

[Leer la entrada completa en Mapping Ignorance]

En el sistema triple descrito por Deane el par más cercano emite un jet de tipo helicoidal debido a su cercanía. El tercer agujero negro, en cambio, emite los jets habituales en los AGN. Crédito: Roger Deane, NASA Goddard

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