Hoy volvemos a hablar del proyecto BEGIRA. El jueves 27 de febrero comenzamos las observaciones con un tiempo muy poco propicio. Explicamos a nuestros estudiantes cómo se utiliza un telescopio profesional como el 1,23m de Calar Alto y su potente cámara CCD. Repasamos también las imágenes que pudimos tomar en la anterior sesión en la noche del 13 al 14 de febrero. Y poco más. Los últimos alumnos se marcharon a medianoche, yo mismo me retiré una hora después y Javier Gorosabel se quedó de guardia hasta que decidió acostarse. Poco después, recibió la llamada mágica: el tiempo finalmente había cambiado y podía abrirse el telescopio. Eran las 4 de la mañana.
A pesar del escaso tiempo disponible, Javier pudo abordar algunos de nuestros objetivos originales. Y tomó imágenes de algunos campos potencialmente interesantes. Uno de ellos era la galaxia M81 o galaxia de Bode, una galaxia espiral a unos 12 millones de años-luz de la nuestra, en la dirección de la Osa Mayor. Y allí estaba, gracias a la colaboración con Kamil Hornoch, se producía el descubrimiento de una nova (la explosión final de una estrellla) en esa galaxia, así como la confirmación de una nova anterior.
Más allá de la satisfacción por el descubrimiento, relativamente casual, nos queda sobre todo la seguridad de saber que la herramienta que estamos utilizando es potencialmente un recurso docente de primera magnitud. El proyecto BEGIRA tiene el potencial de colocar a los alumnos en primera línea, de usar herramientas profesionales y de sacarles todo el partido posible mientras aprenden.
[…] llevar a cabo sesiones con los alumnos, que de alguna manera se vieron involucrados en unos cuantos descubrimientos inesperados. Era fácil trabajar junto a él, aunque a menudo imposible seguir su ritmo. Cuánto aprendimos […]