Gloria

La gloria es un fenómeno óptico que se produce en nuestra atmósfera. Consiste en un anillo de luz (normalmente coloreado) que se coloca en la dirección contraria a la del Sol, razón por la cual también se le llama anthelion. Este tipo de fenómenos se pueden ver con relativa facilidad durante el vuelo de los aviones, rodeando su sombra, pero se conoce desde la antigüedad por múltiples culturas. La razón última de que se produzca es la presencia de gotas de agua líquida, esféricas, de pequeño tamaño, que retrodispersan la luz provocando este fenómeno.

Dado que para producir una gloria uno necesita fundamentalmente gotas esféricas, es posible observarla no sólo en nuestro planeta, sino también otros que tengas las condiciones atmosféricas adecuadas. Venus es uno de ellos. Hace sólo unos meses, científicos de la Agencia Espacial Europea que formaban parte del equipo de la misión Venus Express, reportaron el descubrimiento de esta estructura. Precisamente, las nubes de Venus sabemos que están formadas por gotas esféricas de ácido sulfúrico y las características de la misión la convertían en el instrumento adecuado para detectarla. Wojciech Markiewicz y sus colaboradores hicieron público su descubrimiento a comienzos de este año.

La gloria de Venus, observada por la misión Venus Express. Crédito: ESA, VEX

Al mismo tiempo, nuestro compañero Antonio García Muñoz (actualmente investigador también de la ESA en Holanda) trabajaba en una idea similar. En este caso, no se trataba tanto de “ver” la gloria como de detectarla incluso perdida entre el conjunto de la luz reflejada por el planeta. Empleando datos previamente publicados por otros investigadores, desarrolló el método adecuado para detectar por primera vez la presencia de este fenómeno óptico incluso en el caso de que las observaciones no sean capaces de resolver espacialmente el planeta. Aunque el cuerpo sea tan lejano que nuestros telescopios sólo perciban un punto, siempre que seamos capaces de observar con precisión suficiente la luz que éste refleja desde diversas posiciones en su órbita alrededor de la estrella, podremos detectar la presencia de glorias. Así se resume en un artículo liderado por él que ha sido publicado en las últimas semanas en la revista Astronomy & Astrophysics.

Una de las lecciones que podemos aprender de este trabajo es precisamente que sobre el papel sería posible detectar la presencia de gotas líquidas en las atmósferas de planetas lejanos alrededor de otras estrellas. Esto sería técnicamente posible aunque requeriría mejorar nuestra precisión algo más allá de lo que somos capaces de hacer actualmente. Sin duda, la detección de gotas sería algo excitante. Estas gotas podrían ser de nuestra querida agua o bien del peligroso ácido sulfúrico, pero en todo caso nos darían una información fundamental sobre la atmósfera del planeta mucho antes de que pudiéramos acercarnos para obtener mejores datos.

Esta figura del artículo resume el trabajo a la perfección. El panel (A) muestra la curva de fase del planeta alrededor del Sol, es decir, la variación del brillo dependiendo del ángulo formado por Sol-Venus-Tierra. Estos datos son reproducidos por el modelo de Antonio García Muñoz. (B) muestra un detalle técnico sobre las funciones de scattering. (C) y (D) muestra al detalle cómo se ve la gloria en estas curvas y cómo es bien explicada dentro del modelo numérico. Crédito: García-Muñoz et al. (2014).

 

Referencias

1. Markiewicz, W. J., Petrova, E., Shalygina, O., et al. 2014, Icarus, 234, 200. Glory on Venus cloud tops and the unknown UV absorber.

2. Mallama, A., Wang, D., & Howard, R. A. 2006, Icarus, 182, 10. Venus phase function and forward scattering from H2SO4.

3. A. Garcia Muñoz, S. Pérez-Hoyos, A. Sánchez-Lavega, 2014. Astronomy & Astrophysics, 566, L1. Glory revealed in disk-integrated photometry of Venus.

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