DESCRIPCIÓN
Un
altavoz es un transductor electroacústico, es decir, convierte energía
eléctrica en energía acústica. Esta conversión tiene lugar en dos
etapas: la señal eléctrica produce el movimiento del diafragma del
altavoz y este movimiento produce a su vez ondas de presión (sonido) en
el aire que rodea al altavoz.
La cantidad de aire que debe moverse depende de la potencia sonora
deseada y de la frecuencia. Es muy difícil construir un altavoz que
funcione en todo el espectro de frecuencias audible. Para producir un
nivel acústico determinado a bajas frecuencias, es necesario mover una
gran cantidad de aire, mientras que en los agudos se obtiene el mismo
nivel acústico con una menor cantidad de aire. Por tanto, normalmente
compramos sistemas de altavoces, dos, tres o incluso más, montados en la
misma carcasa junto con un circuito eléctrico.
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