Voz
hablada
Aunque
el tono y la intensidad del habla están determinados principalmente por
la vibración de las cuerdas vocales, su espectro está fuertemente
determinado por las resonancias del tracto vocal. Los picos que aparecen
en el espectro sonoro de las vocales, independientemente del tono, se
denominan formantes. Aparecen como envolventes que modifican las
amplitudes de los armónicos de la fuente sonora.
Las
vocales se producen como sonidos y cada una tiene su espectro propio: la A
y la U tiene fundamental y tercer armónico fuertes, segundo y cuarto débiles;
la E y la O, más o menos lo contrario, fundamental y tercer armónico débiles,
segundo y cuarto fuertes; la I tiene los primeros armónicos débiles y el
quinto y sexto fuertes. Las consonantes se clasifican más bien como
ruidos y son de dos clases: silenciosas, en que no intervienen las cuerdas
vocales, y habladas en que sí toman parte. La mayoría de las consonantes
se originan algo bruscamente, por lo que contienen armónicos
transitorios.
La inteligibilidad oral se debe a las altas
frecuencias. Para que el habla sea comprensible, es indispensable la
presencia de armónicos cuya frecuencia se halla entre 500 y 3500 Hz. Por
otra parte, la energía de la voz está contenida en su mayor parte en las
bajas frecuencias y su supresión resta potencia a la voz que suena
delgada y con poca energía.
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